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viernes, julio 31, 2009

conversando con Dios

en este envio de patricio muñoz , nos podemos dar cuenta ke en realidad no sabemos orar o rezar solo nos aprendemos de memoria el rezo y ni sabemos el significado de lo ke rezamos verdad?

CONVERSACIÓN CON DIOS

HOMBRE: Padre Nuestro que estas en los cielos..

DIOS: Si.. Aquí estoy..

HOMBRE: Por favor ... no me interrumpa. ¡Estoy rezando!

DIOS: ¡Pero tu me llamaste!..

HOMBRE: ¿Llamé? No llamé a nadie. Estoy rezando.... Padre Nuestro que estas en los cielos...

DIOS: ¡¡¡Ah!!! Eres tú nuevamente.

HOMBRE: ¿Cómo?

DIOS: ¡Me llamaste! Tú dijiste: Padre Nuestro que estás en los Cielos. Estoy aquí. ¿En que te puedo ayudar?

HOMBRE: Pero no quise decir eso. Estoy rezando. Rezo el Padrenuestro todos los días, me siento bien rezando así. Es como cumplir con un deber. Y no me siento bien hasta cumplirlo.

DIOS: Pero ¿cómo puedes decir Padre Nuestro sin pensar que todos son tus Hermanos, ¿Cómo puedes decir que estás en los cielos, si no sabes que el cielo es paz, que el cielo es amor a todos...

HOMBRE: Es que realmente no había pensado en eso.

DIOS: Pero... prosigue tu oración.

HOMBRE: Santificado sea tu nombre...

DIOS: ¡Espera ahí! ¿Qué quieres decir con eso?

HOMBRE: Quiero decir... quiero decir... lo que significa. ¿Cómo lo voy a saber? Es parte de la oración. ¡Solo eso!

DIOS: Santificado significa digno de respeto, santo, sagrado.

HOMBRE: Ahora entendí. Pero nunca había pensado en el sentido de la palabra SANTIFICADO. 'Venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo...'

DIOS: ¿Estás hablando en serio?

HOMBRE: Claro! ¿Por qué no?

DIOS: ¿Y que haces tú para que eso suceda?

HOMBRE: ¿Cómo qué hago? ¡Nada! Es que es parte de la oración, hablando de eso... sería bueno que el Señor tuviera un control de todo lo que acontece en el cielo y en la tierra también.

DIOS: ¿Tengo control sobre ti?

HOMBRE: Bueno... ¡Yo voy a la Iglesia!

DIOS: ¡No fue eso lo que te pregunté! ¿Qué tal el modo en que tratas a tus hermanos, la forma en que gastas tu dinero, el mucho tiempo que das a la televisión, las propagandas por las que corres detrás, y el poco tiempo que me dedicas a Mi?

HOMBRE: Por favor, ¡Para de criticar!

DIOS: Disculpa. Pensé que estabas pidiendo que se haga mi voluntad. Si eso fuera a acontecer.. ¿Qué hacer con aquellos que rezan y aceptan mi voluntad, el frío, el calor, la lluvia, la naturaleza, la comunidad....

HOMBRE: Es cierto, tienes razón. Nunca acepto tu voluntad, pues reclamo por todo. Si mandas lluvia, pido sol.. si mandas sol me quejo del calor, si mandas frío, continuo reclamando; pido salud, pero no cuido de ella, dejo de alimentarme o como mucho.

DIOS: Excelente que reconozcas todo eso. Vamos a trabajar juntos tú y yo. Vamos a tener victorias y derrotas. Me está gustando mucho tu nueva actitud.

HOMBRE: Oye Señor, preciso terminar ahora, esta oración está demorando mucho más de lo acostumbrado. Continúo...'el pan nuestro de cada día dánoslo hoy'...

DIOS: ¡Para ahí! ¿Me estas pidiendo pan material? No solo de pan vive el hombre sino también de Mi Palabra. Cuando Me pidas el pan, acuérdate de aquellos que no lo tienen. ¡Puedes pedirme lo que quieras, deja que me vea como un Padre amoroso! Estoy interesado en la última parte de tu oración, continúa...

HOMBRE: 'Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden...'

DIOS: ¿Y tu hermano despreciado?

HOMBRE: ¿Ves? Oye Señor, él me criticó muchas veces y no era verdad lo que decía. Ahora no consigo perdonarlo. Necesito vengarme.

DIOS: Pero.. ¿Y tu oración? ¿qué quieres decir con tu oración? Tú me llamaste y estoy aquí, quiero que salgas de aquí transformado, me gusta que seas honesto. Pero no es bueno cargar con el peso de la ira dentro de tí! ¿Entiendes?

HOMBRE: Entiendo que me sentiría mejor si me vengara.

DIOS: ¡No! Te vas a sentir peor. La venganza no es buena como parece. Piensa en la tristeza que me causarías, piensa en tu tristeza ahora. Yo puedo cambiar todo para ti. Basta que tú lo quieras.

HOMBRE: ¿Puedes? ¿Pero cómo?

DIOS: Perdona a tu hermano, y Yo te perdonaré a ti y te aliviaré.

HOMBRE: Pero Señor.. no puedo perdonarlo.

DIOS: ¡Entonces no me pidas perdón tampoco!

HOMBRE: ¡Estás acertado! Pero solo quería vengarme, quiero la paz Señor. Está bien, está bien: perdono a todos, pero ayúdame Señor!. Muéstrame el camino a seguir.

DIOS: Esto que pides es maravilloso, estoy muy feliz contigo. Y tú... ¿Cómo te estas sintiendo?

HOMBRE: ¡Bien, muy bien! A decir verdad, nunca me había sentido así. Es muy bueno hablar con Dios.

DIOS: Ahora terminemos la oración.. prosigue...

HOMBRE: 'No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal...'

DIOS: Excelente, voy a hacer justamente eso, pero no te pongas en situaciones donde puedas ser tentado.

HOMBRE: y ahora.. ¿Qué quieres decir con eso?

DIOS: Deja de andar en compañía de personas que te llevan a participar de cosas sucias, secretas. Abandona la maldad, el odio. Todo eso te lleva al camino errado. No uses todo eso como salida de emergencia.

HOMBRE: ¡No te entiendo!

DIOS: ¡Claro que entiendes! Has hecho conmigo eso varias veces. Vas por el camino equivocado y luego corres a pedirme socorro.

HOMBRE: Tengo mucha vergüenza, perdóname Señor.

DIOS: ¡Claro que te perdono! Siempre perdono a quien está dispuesto a perdonar también. Pero cuando me vuelvas a llamar acuérdate de nuestra conversación, medita cada palabra que dices. Termina tu oración.

HOMBRE: ¿Terminar? Ah, sí, 'AMEN!'

DIOS: ¿Y qué quiere decir 'Amén'?

HOMBRE: No lo sé. Es el final de la oración.

DIOS: Debes decir AMEN cuando aceptas todo lo que quiero, cuando concuerdas con mi voluntad, cuando sigues mis mandamientos, porque AMEN quiere decir ASÍ SEA , estoy de acuerdo con todo lo que oré.

HOMBRE: Señor, gracias por enseñarme esta oración, y ahora gracias también por hacérmela entender.

DIOS: Yo amo a todos mis hijos, pero amo más a aquellos que quieren salir del error, a aquellos que quieren ser libres del pecado. ¡Te bendigo, y permanece en mi paz!

HOMBRE: ¡Gracias Señor! ¡Estoy muy feliz de saber que eres mi amigo!

Autor desconocido

EL PAN DE CRISTO

bien pues esta es una de las famosas cadenitas pero la verdad me gusto esta muy simple pero con mucho significado gracias a patricio muñoz que me lo envio un abrazo patricio

EL PAN DE CRISTO

El siguiente es el relato verídico de un hombre llamado Víctor. Al
cabo de meses de encontrarse sin trabajo, se vio obligado a recurrir a la mendicidad para sobrevivir, cosa que detestaba profundamente.
Una fría tarde de invierno se encontraba en las inmediaciones de un
club privado cuando observó a un hombre y su esposa que entraban al mismo.
Víctor le pidió al hombre unas monedas para poder comprarse algo de
comer.
- Lo siento, amigo, pero no tengo nada de cambio -replicó éste. La
mujer, que oyó la conversación, preguntó:
- ¿Qué quería ese pobre hombre?
- Dinero para una comida. Dijo que tenía hambre -respondió su
marido.
- Lorenzo, no podemos entrar a comer una comida suntuosa que no
necesitamos y ¡ Dejar a un hombre hambriento aquí afuera!
- Hoy en día hay un mendigo en cada esquina! Seguro que quiere el
dinero para beber.
-¡Yo tengo un poco de cambio! Le daré algo.
Aunque Víctor estaba de espaldas a ellos, oyó todo lo que dijeron,
avergonzado, quería alejarse corriendo de allí, pero en ese momento oyó la amable voz de la mujer que le decía:
- Aquí tiene unas monedas. Consígase algo de comer, aunque la
situación está difícil, no pierda las esperanzas. En alguna parte hay un empleo para usted. Espero que pronto lo encuentre.
-¡Muchas gracias, señora! Me ha dado usted ocasión de comenzar de
nuevo y me ha ayudado a cobrar ánimo. Jamás olvidaré su gentileza.
-Estará usted comiendo El Pan de Cristo ! Compártalo -dijo ella con
una cálida sonrisa dirigida más bien a un hombre y no a un mendigo.
Víctor sintió como si una descarga eléctrica le recorriera el
cuerpo, encontró un lugar barato donde comer, gastó la mitad de lo que la señora le había dado y resolvió guardar
lo que le sobraba para otro día, comería el pan de Cristo dos días. Una
vez más, aquella descarga eléctrica corría por su interior. ¡El Pan de Cristo!
-¡Un momento! -pensó-. No puedo guardarme el pan de Cristo solamente
para mí mismo.
Le parecía estar escuchando el eco de un viejo himno que había aprendido
en la e scuela dominical. En ese momento pasó a su lado un anciano.

-Quizás ese pobre anciano tenga hambre -pensó-. Tengo que compartir
el pan de Cristo.
- Oiga -exclamó Víctor-. ¿Le gustaría entrar y comerse una buena
comida?
El viejo se dio vuelta y lo miró con descreimiento.
- ¿Habla usted en serio, amigo? El hombre no daba crédito a su buena
fortuna hasta que se sentó a una mesa cubierta con un hule y le pusieron delante un plato de guiso caliente.
Durante la cena, Víctor notó que el hombre envolvía un pedazo de pan
en su servilleta de papel.

- ¿Está guardando un poco para mañana? -le preguntó.
- No, no. Es que hay un chico que conozco por donde suelo frecuentar, la ha pasado mal últimamente y estaba llorando cuando lo dejé, tenía hambre. Le voy a llevar el pan.
- El Pan de Cristo!. Recordó nuevamente las palabras de la mujer y
tuvo la extraña sensación
de que había un tercer Convidado sentado a aquella mesa. A lo lejos las
campanas de una iglesia parecían entonar a los dos el viejo himno que le había sonado antes en la cabeza.
Los dos hombres llevaron el pan al niño hambriento, que comenzó a
engullírselo. De golpe se detuvo y llamó a un perro, un perro perdido y asustado.
- Aquí tienes, perrito. Te doy la mitad -dijo el niño. El Pan de
Cristo alcanzará también para ti.
El niño había cambiado totalmente de semblante. Se puso de pie y
comenzó a vender el periódico con entusiasmo.
- Hasta luego -dijo Víctor al viej o-. En alguna parte hay un empleo
para usted. Pronto dará con el. No desespere.
- ¿Sabe? -su voz se tornó en un susurró-. Esto que hemos comido es
el Pan de Cristo. Una señora me lo dijo cuanDo me dio aquellas monedas para comprarlo. El futuro nos deparará algo bueno!
Al alejarse el viejo, Víctor se dio vuelta y se encontró con el perro que le olfateaba la pierna.
Se agachó para acariciarlo y descubrió que tenía un collar que llevaba
grabado el nombre del dueño. Víctor recorrió el largo camino hasta la casa del dueño del perro y llamó a la puerta.
Al salir éste y ver que había encontrado a su perro, se puso contentísimo, de golpe la expresión de su rostro se tornó seria. Estaba por reprocharle a Víctor que seguramente h abía robado el perro para cobrar la recompensa, pero no lo hizo, Víctor ostentaba un cierto aire de dignidad que lo detuvo.

En cambio dijo:
- En el periódico vespertino de ayer ofrecí una recompensa. ¡Aquí tiene!
Víctor miró el billete medio aturdido.
- No puedo aceptarlo -dijo quedamente-. Solo quería hacerle un bien
al perro.
- Téngalo! Para mi lo que usted hizo vale mucho más que eso, le
interesará un empleo?
Venga a mi oficina mañana, me hace mucha falta una persona íntegra
como usted.
Al volver a emprender Víctor la caminata por la avenida, aquel viejo
himno que recordaba de su niñez volvió a sonarle en el alma, se titulaba:
'Parte el Pan de Vida'...
'NO OS CANSEIS DE DAR, PER O NO DEIS LAS SOBRAS,
DAD HASTA SENTIRLO, HASTA QUE DUELA'.
QUE EL SEÑOR NOS CONCEDA LA GRACIA DE TOMAR
NUESTRA CRUZ Y SEGUIRLO, AUNQUE DUELA.
AHORA, SI LO DESEAS, COMPARTE ESTO CON LOS DEMAS,
'EL PAN DE CRISTO'.....YO YA LO HICE.
ESPERO QUE SIRVA DE ALGO EN TU VIDA...
¡QUE DIOS LOS BENDIGA SIEMPRE...!!!
Señor Jesús:'Te amo mucho, te necesito para siempre, estás en lo más
profundo de mi corazón, bendice con tus néctares corporales, a mi familia,
mi casa, mi hogar, mi empleo, mis finanzas, mis sueños, mis proyectos y
a mis amigos'.